Debajo de la calle caminan mariposas sin alas. Debajo de la calle hierven los ratones, que silvan en consonancia con el ruído de las alcantarillas. Arriba de la calle tacones taconean, neumáticos neumátican, el viento nocturno roza la piel agria de una rama de naranjo de la avenida. Todos estos hechos no fueran hechos. Y sin embargo tampoco esperan ser deshechados. Es tarde y la música que embala estas palabras quiere cser interrumpida por helicóptero, pero en su ausencia, queda la música, que en su excelencia en esencia aproba con la mirada. Casi nada.