Resulta extraño observar la calma en las calles en tiempos de convulsión social. Parece un acuerdo tácito entre un pueblo y aquellos que de manera más superficial les gobiernan.
No te engañes, la calma de la que hablo es la que está presente en las manifestaciones, en los Crowdfunding, las Causes, en las conversaciones de bar, en el silencio de los semáforos en rojo. La calma de la que hablo podría ser la apatía previa a la acción o simplemente la apatía. Apatía de descubrir que lo más bajo y menos digno no sólo es posible, sino que se repite y sobrepone en una especie de baile gótico surrealista, carente de sentido. Ante tal despliegue de ejemplos del poco valor que se da a la felicidad en sí, digno de los villanos malos malíssimos de las películas infantiles, lo que queda presente es la apatía.
Y con ella por lo menos de mi parte el más sencillo desconocimiento. Desconozco la historia que lleva a este estado. Y la ignorancia que respiro no es muy alentadora. Porque no sólo se trata de los gobernadores sino de los responsables, Todos esperando por algo. Algo externo. Un giro en los acontecimientos.
Y por parte de los que más sufren en la piel lo que está pasando, sólo queda la desesperación… o la paz. La paz de descubrirse en una nueva vida, de abrir mano de todas aquellas falsas necesidades y descubrir que el metro puede ser más divertido que el coche. Que la huerta puede ser más entretenida que la consola y en la peor de las circunstancias, poder sentarse por un momento y mirar el cielo claro.
Así, en una casi nota sostenida, las respiraciones compasadas de vencidos y vencedores se mantienen un segundo en silencio entre la inspiración y la espiración. En este glorioso segundo todas las revoluciones se callan en unísono.
¿Crees que se puede ir de la apatía a la paz?
¿Crees que entre la inspiración y la espiración pasa algo?
Me encantaría saber tu opinión 😉
Quizás el desespero da lugar a la serenidad que (para mi) no es exactamente paz pero es como una especie de lucidez limpia de miedos y clichés que nos permite aceptar que todo puede pasar. Después, la intuición de lo que serás capaz de hacer, pase lo que pase, también es un arma poderosa…
Besos : )