Veo la estafa a la que llaman crisis como un golpe desesperado de lo viejo por mantener un estado de cosas insustentable. Dentro de este contexto, participo de la huelga no sólo para recuperar los derechos laborales y sociales conquistados por mis antepasados en diferentes escalas y en diferentes ámbitos en este planeta, sino también para reivindicar lo nuevo.

Reivindicar este tiempo, ahora, con su abundancia de información, con su horizontalidad en las relaciones sociales, laborales y personales, con sus instituciones e individuos incapaces de seguir el ritmo de nuestra globalidad,  que se manifiesta a través de una emergente consciencia colectiva, solidaria, activa, conectada y comprometida.

Quisiera quitar el ancla que ata nuestra embarcación social al siglo pasado y permitir que los nuevos vientos puedan movernos hacía los mares de la proximidad, de la sustentabilidad, del mérito y de la alegría personal y colectiva.

Quisiera que el brote de este siglo, salga de la semilla de los tiempos pasados, y con todo lo arriesgado que ello parezca, pueda florecer.

Hoy estamos informados y a estas alturas sabemos incluso más de lo que a veces nos gustaría. Si permanecemos «asemillados» en nuestras divisiones e «atrincherados» en nuestros sueños, difícilmente podremos vivir el resultado de nuestras realidades. Realidades que pueden ser diversas pero también singulares. Y que intuyo son mucho más sencillas para alcanzar las metas más bonitas.

Así que mis razones para hacer huelga no son más que el propósito de vivir una ética estética para la transición.

Nos vemos mañana 😉 #14NVaga