Este 2016, considerado un año muy raro, ha sido especialmente productivo en lo concerniente al Happening Consciente. De ahí que me parece interesante escribir un pequeño resumen de lo que ha sido investigado. Claro que el campo de investigación del Happening es sutil y intuitivo hasta tal punto, que no me atrevo a hablar más que de mi experiencia personal como facilitador y participante de los happenings. Animo a los/as demás participantes a comentar esta entrada con sus impresiones para enriquecer este registro de las vivencias de este año.
Para empezar un poco de retrospectiva: Happening Consciente es un tipo de encuentro poético, que facilito desde hace aproximadamente 20 años. Ha tenido muchos nombres y se ha adaptado a diferentes culturas y momentos, siempre bajo un mismo propósito: investigar el instante poético en colectivo, generar una especie de «piscina municipal poético corporal» para poder bucear en uno mismo.
Este año he decidido modificar un poco la forma del happening, dando énfasis a los aspectos corporales y no verbales. Poniendo el foco en el intercambio de miradas, expresiones, bailes, metamorfoses, usando como herramienta práctica fundamental la improvisación. A lo largo del año hemos realizado encuentros con temas pré-definidos que luego se han desarrollado libremente de acuerdo con lo que los grupos decidían traer a la luz. Los happenings de este año fueron los siguientes:
17/04/2016 – Renacer
21/05/2016 – Rebeldía
18/06/2016 – Libertad
16/07/2016 – Miedo
17/09/2016 – Fraternidad
15/10/2016 – A MAR SE
En cada uno de los happenings contó con un grupo diferente de personas. En todos ellos hubieron personas que no se conocían previamente y que nunca habían realizado juntas ningún tipo de vivencia artística. Esa diversidad y la novedad que trajo, posibilitó una interacción con un tono de profundidad y a la vez ligereza, debido a que aunque algunos se conocían previamente, al haber presentes otros que no, el condicionamiento inicial de que «uno conoce al otro» estaba ya de principio tocado, y los roles cristalizados del cotidiano no tuvieron una fuerza demasiado grande. Nada que un poco de Grotowsky no pudiera descuadrar 🙂
Hay una regla de oro en el happening, y es que no se puede contar lo que sucede, con lo que no voy a describir ninguna de las vivencias que hemos tenido. Sí puedo compartir mi sentimiento de profunda gratitud a todos los participantes y a los momentos de poesía que pude presenciar en estos encuentros. Poesía en su sentido mágico, cuando se traspasan las barreras de la sintaxis y la realidad se presenta como una orquesta de instantes de belleza, que desvelaban una sabiduría sencilla y delicada. Un viaje hacía un no lugar, auspiciado por permitir la presencia del misterio en acción, el darle la vuelta a la tortilla del «descobrir lo desconocido» a «descubrir lo conocido» con nuevos ojos.
Desde una perspectiva personal, los happenings de 2016 me han confirmado la intuición de que la belleza está presente y disponible para quienes la quieran ver. Basta con crear las condiciones de honorabilidad para que la profunda abundancia de la vida que se vive a si misma se presente en un canto multidimensional, individual, colectivo, universal. Sé que puede sonar grandilocuente, algo que en realidad es sencillo, delicado, sutil. Ojalá se pudiera traducir en palabras… Ojalá se pudiera poner el mar en un vaso…
hojas bailadas por el viento
pájaros disfrazados en las copas de los árboles
olas abandonándose mar
Muito grato a todos/as de aquí y de allá.